¿Hace cuánto que no lloras? ¿Te das permiso para llorar?
En el post de hoy voy a hablar sobre la importancia de dejarte fluir y expresar tus emociones a través de tus lagrimas.
En esta sociedad a menudo nos enseñan a “ser fuerte como un roble” y eso, no siempre nos deja dar paso a sentir y vivir nuestras emociones.
Expresar nuestras emociones a veces se asocia con ser vulnerable y ser vulnerable con algo negativo, sin embargo llorar puede ser un acto de expresión muy liberador.
Aunque a veces no lo parezca, llorar está muy relacionado con soltar y descansar.
Permitirte llorar, es dar paso a sacarte la armadura que llevas para el mundo exterior. Cuando ésto ocurre, hay un sentimiento de aceptación que te permite vivir el presente y dejar de seguir avanzando con el piloto automático.
Cuando realmente descansas al llorar, es cuando te sientes sostenida y segura para poder soltar ese peso que te angustia. A menudo estas lágrimas son de sanación.
Es importante que puedas ir deshaciendo el peso que vas acumulando a tus espaldas día tras día. A veces la mejor manera de liberarte de ese peso es dejar fluir tus emociones, tratar de entenderlas y respirar.
Cuán necesario es dejar de ser esa figura que lo da todo para pedir, saber recibir y reposar en ti.
Mi recomendación hoy es que la próxima vez que veas a alguien llorar, observes tu reacción hacia esa persona y veas si eres capaz de tenderle un pañuelo o hacerla sentir cómoda.
Obsérvate si apartas tu mirada o deseas animarle. Quizá lo único que necesita es poder llorar en paz, soltar y descansar.
Recuerda que llorar, no es signo de debilidad. De hecho ser capaz de dejar caer tu armadura y mostrar tus emociones, requiere valentía, sinceridad y humildad.
A veces, los demás necesitamos un toque de sensibilidad. Abrir todo aquello que albergamos en nuestro corazón es sano, necesario y nos hace más humanos.
Permítete ser sincera contigo misma, suelta y descansa.
Gracias por estar, por compartir.
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