En muchas ocasiones deseas un cambio de comportamiento o de actitud de alguien cercano. ¿Pero sabes siempre cómo pedirlo para que éste sea efectivo?
En el post de hoy te voy a dar algunas claves que puedes usar para favorecer una mejor comunicación asertiva en tus relaciones.
Seguramente te sean recurrentes pensamientos como:
- Si pido demasiado me dejarán de querer.
- Tengo que aceptar las cosas como son.
- Mejor aceptar la situación que molestarme en que cambie
Si hay alguna situación que te hace sentir incómoda y sabes que eso podría cambiar, da el paso y prueba estas recomendaciones! El “No” ya lo tienes, ¡ahora ve a por el cambio!
-
El momento y la predisposición
Para que tu mensaje sea mejor escuchado y entendido es importante usar una comunicación, verbal y no verbal, asertiva. ¿Eso qué quiere decir?
Lo mejor en una situación así, es tener la conversación en un momento y lugar, adecuado y tranquilo.
Intenta mantener un tono de voz suave y mirar a los ojos ya que de esta forma verás si estás captando la atención de tu interlocutor.
Propiciar un ambiente de serenidad será una forma efectiva de pedir el cambio ya que la otra persona se encontrará más receptiva que si por el contrario lo hiciéramos en medio de una discusión.
-
Hacer una descripción objetiva sobre el comportamiento que te ha molestado.
Es decir, “Esta mañana me has dicho algo desagradable” o “Me has atacado” , son comentarios subjetivos. Añadir éstos al explicar lo que te ocurre influirá en que la otra persona se encuentre menos receptiva.
¿Cómo puedes saber si algo es objetivo?
Muchas veces, en consulta hago el ejercicio de pensar en cómo se vería esa situación grabada desde una cámara. Es decir, todo aquello que se pueda ver en esa pantalla, es objetivo, todo lo demás no.
-
Expresar cómo me siento en relación a la conducta
Para que nuestro mensaje se reciba más efectivamente, usar expresiones como “me siento” en vez de “me haces sentir”, harán que la conversación sea más efectiva.
Aunque haya sido otra persona que te haya hecho sentir herida, la responsabilidad de tus sentimientos solo puede ser tuya, al fin y al cabo los tienes tú. Mereces expresarlos si lo deseas, pero desde un punto positivo y tranquilo.
-
La petición
Pedir que las cosas se den de otro modo como por ejemplo “preferiría”, “quisiera” o “me gustaría”. Decir las cosas de una forma positiva.
De este modo estás haciendo una reflexión y dándole a la otra persona una alternativa y otras maneras de funcionar más constructivas.
Una vez llegados a este punto, las reacciones pueden ser varias:
- Si la reacción es positiva, recibes una disculpa y sientes que hay una actitud de cambio. Siéntete agradecida de que te haya escuchado y opte por querer hacerte sentir mejor.
- Si por el contrario la reacción es de que la persona accede pero vuelve a hacer la conducta, puedes intentar repetir la petición con otras palabras.
Aquello que a ti te molesta puede ser un hábito para otro y cambiarlo de forma automática no siempre es fácil aún queriendo.
- También puede ocurrir que esa persona ignore la petición o que no quiera cambiar aquello que le has pedido, ya que quizá para ella es algo demasiado grande.
Si se da este caso, puedes intentar negociar la situación para que ambos os encontréis en un punto medio.
Si la persona está entrando en una discusión puedes ser contundente pero si entras entrando en riña mi recomendación es poner fin a la conversación cuanto antes.
Recuerda que tu intención no es discutir
Si estas claves han seguido este rumbo, entonces es tu decisión valorar qué hacer con la situación o la relación con esa persona.
Si te quedas con la duda, nada va a cambiar.
Es importante saber que clase de persona tienes delante para poder saber si va a reaccionar de una manera positiva o más bien como estos últimos ejemplos.
A partir de ahí, tu puedes decidir dónde poner límites.
¡Espero que te haya gustado y lo pongas en práctica muy pronto!
No Comments