El mundo de la pareja es la oportunidad diaria de mejorar como persona. Constantemente estás lidiando tus emociones, pensamientos, comportamientos con los de tu pareja que viene de una familia donde, probablemente, las cosas se hacían bastante distintas a la tuya. La pareja, como todo tipo de amor (incluido el tuyo propio), necesita mimo y atención pero, cuando más, en los momentos de discusión.
¿Te has fijado alguna vez cómo empieza una discusión? Yo digo algo con o sin intención que hiere, tu dices algo todavía mayor, yo sigo con algo más fuerte y se termina a grito pelado. Eso se llama “escalada”. Te traigo 4 maneras de ponerle freno a una discusión:
- Opción tiempo fuera.
Si te das cuenta de que estás en medio de una acalorada discusión, lo más probable es que no sepas cómo salir de ella. La primera opción y que funciona estupendamente es tomarte un momento para reflexionar, para respirar, para pasear o para distraerte.
El único inconveniente es que, si tu pareja no está acostumbrada, tal vez insista en hablar o siga enfrascado en la discusión, de modo que puedes recaer. Para ello, te recomiendo una frase tan sencilla como “necesito un momento, nos calmamos y lo hablamos mejor luego, ¿vale?”
- Atent@ a la herida del otro.
Recuerda que si hay discusión es que algo ocurre, aunque sea insignificante. Trata de ponerte en el lugar del otro y escuchar más allá de sus palabras. ¿Qué es lo que realmente le molesta? ¿Cuál es el problema real? No por lo que estáis discutiendo, sino lo que ocurre realmente.
- Habla claro y desde el yo.
Es muy fácil caer en acusaciones del tipo “eres un/a vag@”, “nunca me prestas atención”, “siempre soy yo quien hace…”. Con frases de este estilo cualquiera se molestaría. Trata de hablar de la situación en lugar de la persona y mostrando cómo te sientes. Evita las palabras “siempre” y “nunca”. Di lo que necesitas, por ejemplo “cuando te tumbas en el sofá mientras lavo los platos, me siento sol@, me enfado porque creo que no es justo. Me gustaría que lo hiciéramos entre los dos o que a mediodía se encargara uno y por la noche el otro, ¿que te parece?” o “últimamente vas mucho a casa de tus padres y siento que la pareja se queda en segundo lugar. Me gustaría que pasáramos más tiempo juntos”.
- Reconoce que también te equivocas.
Esta es la opción más honesta y suele ser infalible. “Siento haberte hablado de malos modos, en realidad estoy nerviosa por la reunión de mañana”. “Discúlpame, siento mucho haberte llamado X. En realidad no lo pienso. Me cuesta mucho gestionar mis emociones al empezar a enfadarme, me gustaría mucho solucionarlo.”
Al aceptar tu error, el otro empatiza contigo y, aunque puede que no frene al instante la emoción del momento, hace que las revoluciones disminuyan y abras la puerta a enfrentar la situación de otro modo. El contacto, las miradas y el lenguaje no verbal pueden ser un gran aliado en cuanto a tu intención de acercamiento y de solución.
Espero que estas 4 técnicas te ayuden a vivir en una pareja con más comunicación y menos discusiones. Recuerda que con una buena comunicación hay muchísimas menos discusiones.
Cuéntame cómo manejas tú las discusiones. ¿Usas alguno de estos tips? Inscríbete a mi newsletter para no perderte nada y comparte el artículo con esa pareja que tú conoces aplique estas técnicas y su relación sea más armoniosa.
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